Sondas de temperaturas: una para cada situación

La amplia gama de sondas de temperatura permite la medición en cualquier contexto

Dentro del mundo de la industria actual donde intervienen diferentes procesos en los que se requiere un control continuado y preciso de la temperatura de trabajo es fundamental disponer de los mejores componentes de medición, y ese papel lo desempeñan las sondas de temperatura.
 
Una sonda de temperatura, o sonda térmica, es un dispositivo encargado de medir la temperatura en un punto y transmitir esa medición donde se requiera. Su principal ventaja es que pueden realizar medidas en lugares poco accesibles o en condiciones extremas, y eso las convierte en fieles compañeras en cualquier tipo de instalación.
 
Para poder adaptarse a cualquier situación hay una amplia gama de modelos adecuados para cada ambiente de trabajo. Existen sondas de superficie, encargadas de la medida de la temperatura superficial y con un rápido tiempo de respuesta, sondas para la medición del aire ambiente, sondas de penetración para llegar a puntos inaccesibles de otro modo, sondas de inmersión, resistentes a la corrosión y idóneas para medir temperaturas de líquidos y fluidos.
 
Otra forma de clasificar las sondas de temperatura es en función del tipo de sensor que utilizan. Podemos diferenciar entre sensores mecánicos y eléctricos. El funcionamiento de los sensores mecánicos se basa en las propiedades termométricas de un gas inerte que se expande cuando la temperatura aumenta y contrae cuando disminuye. Acostumbra a ser un sensor fijo instalado permanentemente en un sistema. Los sensores eléctricos utilizan otras propiedades más sofisticadas. Los sensores termopares se basan en el efecto termoeléctrico, un efecto que detallaremos más adelante en este blog. Las termoresistencias o RTD aprovechan el hecho de que hay ciertos materiales que aumentan su resistencia eléctrica con la temperatura, entre ellos el níquel, el cobre y el más utilizado, el platino. En contraposición tenemos a los económicos termistores, sensores hechos con material semiconductor, que disminuye su resistencia eléctrica con la temperatura.
 
En definitiva, hay una sonda de temperatura para cada situación y proceso, solo le hace falta saber cuál es la suya.